lunes, 4 de abril de 2011

Corazón como tiniebla que se expande

Las criaturas tienen los ojos abiertos. A ratos los entrecierran. Escucho sus tragos de aire.
Y las sombras se agitan. Las sombras se juntan y se agitan. Parecen ramas negras contra el cielo gris.
Me pesa el miedo de las criaturas. No hay problema con los cuerpos sobre la tierra. El problema es el corazón lleno de miedo.
La luna se ha ido lejos y no brilla. Es un punto. Un punto rojo apenas.
Ruido de alas. Son las sombras que aletean. El pozo es cruzado por sombras como dientes.
Pero después lo que abruma es el silencio. El silencio baja y penetra todo y todo se vuelve silencioso.
Una criatura se desprende, sin embargo, y viaja. Hacia el mismo rostro de la tiniebla. Agitando el agua. Mi dolor en esa criatura encuentra consuelo. Saberme una parte también, de viaje.
Ya no veo ojos en las sombras. El corazón es tiniebla que se expande.